24 de julio de 2009

No, si aquí no hay becarias/os


Las empresas de medios de comunicación rebosan en verano de “becariedad”. No importan los expedientes de regulación de empleo, ni lo establecido en los convenios colectivos, concretamente en el convenio colectivo de prensa diaria. Redacciones, televisiones, radios de toda la península tienen en su haber nutridos grupos de personas becarias realizando, en numerosas ocasiones, las mismas funciones que una persona trabajadora (en ocasiones porque en los medios más pequeños deben ser personal de recados).
Las secretarías de juventud de la confederación y de la FSC Estatal y de Madrid hemos visitado, junto con la responsable de Acción Sindical de Medios de Comunicación, la realidad de las plantillas en verano. COPE, RTVE y el grupo Unidad Editorial. Cada empresa es un mundo. Pero todas comparten becarios. Por supuesto, el abismo entre empresas no tiene nada que ver. Hablamos con las diferentes personas becadas que “estaban encantadas de estar aprendiendo una profesión que es vocacional”. Eso es estupendo, pero resulta que las empresas hace tiempo que han aprovechado esa vocación para transformarla en abuso. Porque lo que no puede plantear un miembro de recursos humanos de una empresa es que no tienen apenas personas becarias y que todas son de master o estudiantes y encontrarnos con una plantilla de más de cien becarios (tras un ERE en el que ha habido 180 despidos) y digo plantilla porque en realidad, estaban trabajando.
Hemos visitado estas empresas para difundir la campaña de “apadrina un becario” y nos hemos encontrado con que la mayoría de las personas becadas eran “expertas” en este tipo de prácticas. Algunas retrasan los estudios porque piensan que así tienen una oportunidad para, por lo menos, trabajar de lo suyo. Ya está bien que a esta generación, la más cualificada de la historia de nuestro país, siga sin ser reconocida como clase trabajadora y cualificada. Ya está bien. Tenemos que ponerle freno a esto. La pregunta siguiente es. Ahora con el Plan Bolonia, ¿qué?

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