8 de junio de 2006

Al rico consumo


En la era de la cibernética, o en la llamada Tercera Revolución Industrial, parece resultar difícil implicar a gente como tú y como yo en procesos de resistencia organizada y de lucha contra el gigante Capital que oscurece nuestra efímera existencia según pasan los años. El mercado, la competitividad y la productividad son los pilares del monstruo neoliberal que ha destruido las libertades individuales. El único objetivo de la producción es el consumo radicalizado y feroz. España es un país con una de las patronales más autoritarias de todos los tiempos, heredera a ultranza del modelo estadounidense en el que "toda empresa que no es competitiva en los mercados internacionales tiene sólo dos soluciones: cerrar, o aumentar la productividad rebajando los costes de producción para adentrarse en el mundo de la globalización". Las empresas españolas despiden a miles de trabajadores, cierran sus centrales para abrir otras nuevas en Latinoamérica y Asia, los países europeos no consiguen competir con el gigante chino, el euro sólo ha beneficiado a los empresarios y sin embargo no ha hecho más que provocar el agujero en el bolsillo de los pobres. ¿Y que nos pasa a los jóvenes? Hace poco hemos hecho reivindicaciones en favor de la vivienda, "porque ya no se puede comprar nada", a título individual y sin la consigna de ninguna organización sindical o política salvo algunas excepciones. No queremos comprar casas a treinta metros cuadrados porque queremos algo como lo que tuvieron nuestros padres a costa de pasar penalidades y sacrificios durante cuarenta años. Y sin embargo, frente a la precariedad laboral no nos atrevemos a reivindicar nuestros derechos como trabajadores. Los jóvenes nos vestimos de pseudomodernos dando clases de intelectualidad porque para eso estudiamos en las universidades que más bien parecen criaderos de mutantes para la empresa privada que pozos sin fondo de cultura. Ahora está de moda el antitodo, y en ese antitodo entra también la falta de compromiso para con las organizaciones sindicales, ante las que no nos vemos representados. Sin que suene demagógico, la única manera que tenemos para cambiar el mundo que no nos gusta, y los sindicatos que no nos gustan, es desde la postura reivindicativa y de lucha. Es muy fácil criticar y sobre todo protestar de lunes a jueves. ¿Dónde están los jóvenes sindicalistas para luchar por aquello que no les gusta? El sindicalismo del siglo XXI, chavales, pasa por la organización para con las clases sociales, que no asalariadas, de este país. El sindicalismo del siglo XXI no se queda en los centros de trabajo, va más allá ofreciendo servicios más allá de los derechos de los trabajadores. Los inmigrantes, los pobres, el medio ambiente y la sostenibilidad son nuestros objetivos, entre otros muchos. Y eso es los jóvenes que sí estamos dentro de las organizaciones sindicales. A veces parecemos cuatro locos que damos bandazos por aquello que no nos gusta. Pedimos milagros para encontrar a jóvenes con espíritu de lucha y sentimiento de no ineptitud. ¿Qué nos ha pasado? ¿Nos han podido las videoconsolas? ¿Por qué no activamos las neuronas de una vez y nos damos cuenta de que vivimos en una especie de falacia descriptiva que gangrena nuestros sentidos con el opio del dinero? La tarjeta de crédito, la letra del coche, el banco, los trajecitos del Corte Inglés, el trabajo fijo mal pagado, ¿no te das cuenta de que todo es mentira, de qué si no empezamos a luchar ahora, en serio, utilizando nuestra formación para luchar contra los imperialistas globalizadores del siglo XXI estaremos perdidos en muy poquito tiempo. ¿Por qué no luchas?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno Fátima, me parece que sintetizas muy bien la realidad. Y cuando digo la realidad, hablo de la actitud pasiva de los jóvenes hacia el mundo en el que nos ha tocado vivir y no a la descripción del actual panorama económico y social, que más o menos todos conocemos pero que a no muchos hace reaccionar. Espero que los jóvenes vayan despertando!

Jóvenes FSC dijo...

Chicas y chicos. Hagamos de la lucha sindical una constante. Es una cuestión de militancia. Gracias por tu comentario Mar. ¡HAY TENEMOS QUE ESTAR NOSOTROS PARA DESPERTARLES!!

Anónimo dijo...

El 1 de mayo hizo un sol de justicia y una suave brisa idónea para disfrutar de las maravillosas playas de Cádiz. Eso es, al menos, lo que pensaron los miles de jóvenes que no dejaron ni un granito de area libre. El gentío de la playa les impedía escuchar que había un millar de personas recorriendo la ciudad con el deseo de no arrinconar en el olvido ideales y luchas pasadas. ¿No pudieron escuchar o realmente no querían? En fin, en una ciudad de 130.000 habitantes e insertada en una Bahía donde cohabita más de medio millón de personas, fue triste, aunque hermoso, ver las mismas caras (algunas con arrugas que recuerdan luchas pasadas mejores) y muchas bajas entre aquellos que se quedaron en el camino de los sueños. En fin, fue frustrante ver el coontraste entre la pancarta y el chiringuito. Pero fijaros chicos, hubo alguien que me susurro al oido: "No te preocupes chiquitina, algún día necesitarán de ti y de todos nosotros. Y tú estarás allí para ayudarles".
No sé si os servirá de consuelo. A mi me devolvió al menos parte de la fuerza perdida.
Besitos desde Cai

Anónimo dijo...

Hola,
Tal vez esto sea un desparrame momentáneo.
Si, es necesaria sangre joven, pero es necesaria sangre nueva no solo en la lucha social, en la denuncia de las injusticias sociales. Tambien dentro del sindicato, aportando ideas nuevas en el interno del sindicato, como reclamar vuestro espacio (que como bien dice Silvia es el nuestro,el de todos), como identificarlo con los jóvenes... y los no tan jóvenes, como orientar una idea, una lucha, una denuncia....
Hasta nuevas ideas de comunicación como esta. Enhorabuena... y ánimo jovenes

Jóvenes FSC dijo...

gracias chelo. Si con esta iniciativa conseguimos hacernos oír, y que nuestros compañeros jóvenes alzen su voz para hablar, reivindiquen su condición trabajadora y no se rindan habremos ganado mucho...

la tomaquera dijo...

Pues sí. Como dice Silvia, algún día les haremos falta y vendrán corriendo a que les ayudemos. Cuando les digas que por no ser afiliados/as les cobras la consulta te insultarán. Mientras tanto se rien de tí y consideran que pierdes el tiempo, que eres un friky o un comeollas.
Pese a lo aparente soy optimista y creo que hay que seguir ahí, dando el callo, pero la verdad es que hay días...
Un besote, Fátima

Anónimo dijo...

Creo que estais dando respuestas equivocadas por que las preguntas son equivocadas.

Me explico, es muy facil decir que la gente pasa de todo, que cuando tengan problemas ya vendran etc....

Pero creo que hay que darle una vuelta de mas a la tuerca y preguntarse, por que no se implican?, por que no se mueven?, por que solo se hacercan a nosotros y a nosotras cuando nos necesitan?.

Y mucho mas importante, que hacemos para que se impliquen?, que hacemos para que se muevan?, que hacemos para que el sindicato se vea como lo que tendria que ser y no como una simple gestoria?.

No justifiquemos nuestras debilidades en los demas, algo estaremos haciendo mal para que se de esta situacion, yo el primero.

Si la montaña no va a mahoma, mahoma ira a la montaña y si no el puto mahoma(con perdon) desmonta la montaña piedra a piedra y la pone donde el quiere.

Animos a todas y a todos y a seguir luchando.

Jóvenes FSC dijo...

Lo que se plantea en el artículo no es provocar de manera demagógica y sin consenso que la gente no se implica. Al contrario, justificadamente somos los primeros en plantear que debemos buscar nuevas fórmulas y nuevas respuestas para ir más allá de los centros de trabajo. Los medios de comunicación ya se encargan de dar una visión de la juventud que sólo piensa en el botellón y claro que no es cierto, claro que tenemos valores altísimos en cuanto a solidaridad, cooperación, comprensión, pero no puedes negar que vivimos en una especie de Carpe Diem, o sea, yo paso de todo y lo que importa es el presente. Este hecho es sociológicamente entendible si analizamos las circunstancias históricas en las que nos hemos criado, pero lo que aquí estamos planteando es que ya esta bien de que por ser jóvenes y además sobradamente preparados tengamos que asumir la condición consumista, pasota e individualista en lugar de decir basta ya y luchar por lo que es nuestro.
¿NO OS PARECE?