11 de diciembre de 2006

Se adelantó a la justicia

"La muerte se adelantó a la
justicia"
Estas palabras de Mario Benedetti resumen lo que muchas y muchos de los chilenos han pensado al conocer la noticia de su muerte. La noticia merecía dedicarle unas líneas al blog. Augusto Pinochet que irrumpió de manera brutal en el Palacio de la Moneda el 11 de septiembre del año 1973, Golpe de Estado en el que fue asesinado el legítimo presidente, Don Salvador Allende. Año histórico para Chile, pues una cruel dictadura provocaría un estado constante de violencia durante los siguientes quince años. Es curioso escuchar la ignorancia de aquellas personas que siguen defendiendo a un asesino, violador de derechos humanos y más encima, ladrón. Es curioso escuchar la ignorancia de los que pretenden callar los actos crueles que su dictadura cometió justificándolo en el referendum presidencial que tuvo lugar en el año 1989. Ante esa ignorancia, la mejor arma es la lectura, la lectura, la lectura de saber en qué contexto, por qué, y para que se celebró un referendum que acabaría con su presidencia.
Volviendo a Pinochet y a su muerte, muchas personas descorchaban ayer botellas de champagne guardadas especialmente para la ocasión. Ese es el caso de "mi familia". Y sea este artículo un homenaje para todas las personas torturadas, vejadas y humilladas que salieron con vida y un homenaje también a los miles de desaparecidos que siguen descubriendose, a día de hoy, en diferentes lugares chilenos.
Sea este un homenaje al señor Don Humberto Vargas, que ayer en Suecia (refugiado político) celebraba la noticia, tras guardar una botella durante más de veinte años para la ocasión. Don Humberto, presidente del Movimiento de Izquierdas Revolucionario Allendista en Suecia. Don Humberto, cuyo único delito fue luchar por la justicia, por unos ideales, por las personas. Regidor de la zona de San Felipe, profesor, dirigente socialista con un currículum impecable que luchaba al lado de "El Chicho", como así llamaban cariñosamente a Allende. "Nuestro abuelo" tuvo suerte", porque consiguió marchar a Rumania, tras haber sido vejado, torturado, maltratado en las cárceles, desacreditado como intelectual y como persona. La muerte de Pinochet no le quitará el dolor, ni a él ni a ninguna de las personas que sufrieron algo así en sus propias carnes. Pero por lo menos, puede pensar que hoy por hoy, el mundo tiene un "malo" menos. Va por usted, Don Humberto. Ojalá algún día se haga justicia de verdad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y un recuerdo también a los que siguen luchando por y para recuperar las diferentes memorias históricas...vengan de donde vengan...

Anónimo dijo...

Hola fatima saludos y hermoso el artículo
Humberto

Anónimo dijo...

Hola
esta muy bueno ,saludos
gracias
chao